domingo, 21 de marzo de 2010

Los pobres también ríen


Escribe: JORGE PAUCAR

El circo “Framford” es tan pobre, pero tan pobre, que uno de sus artistas no tiene ni zapatos de payaso. Pero eso, a los niños de “Hijos de Luya”, en Puente Piedra, poco les importa.
Ellos, bien sentaditos sobre unas viejas tablas, celebran las ocurrencias de las narices rojas del populórum.
“Esta es la diversión de los chicos de abajo”, dice “Piojito”, mientras se maquilla para el show al lado de su hijo Julio César, el querido “Galletita”, a la par también bailarín del folclórico Robert Pacheco. Como en años anteriores, la ilusión y magia para los niños de esta parte de Lima se mantiene viva a dos soles la entrada. Es que, los circos de barrio tienen también lo suyo para arrancarle una tierna sonrisa a los pobres del Perú.

“¡Pasen rápido, caballeros!”
Son las 10:00 de la noche. Por el altoparlante se anuncia que la función está por empezar: “¡¡¡Un tema más y arrancamos, vengan al toque que esta noche tenemos a ´Puchito´!!!”. Aunque el frío se cuela por los huecos de la carpa, el “Framford” alberga hoy a más de 50 personas que han dejado de ver a Jaime Bayly por ganarse con los chistes de “Piojito” y “Galletita”.
Todos se dan cita. Escolares noctámbulos, mamás con bebés en brazos, parejitas aburridas y tías celosas. Quieren reír para no llorar por sus problemas. Y no les importa que el único animal amaestrado sea la perrita “Pelusa”, ni que apenas cuatro focos alumbren el escenario.
“Con nuestras limitaciones nos quieren”, asegura “Piojito” o, para ser precisos, don Santos Chiroque, su nombre de pila. Él es un viejo cirquero, con 40 años de experiencia y, ahora, sigue apostando por el país y los que menos tienen.

“He recorrido todo el Perú. Fui trapecista, malabarista y ahora salgo de payaso cada vez que no hay artistas aquí”, cuenta a sus 62 años. Y sigue con el espectáculo.
-“¡Oye, Galletita, tú sabes cómo se dice bomba atómica en chino?”. “No”, responde. “Pues, nicakitaqueda”. El circo estalla en carcajadas.
Luego viene el espectáculo del faquir “Ramdú”, quien, para variar, es yerno de don Santos. La familia es partícipe. Una de las hijas juega con “Galletita”, en tanto que, doña Margarita, la gran mamá y esposa de “Piojito”, vende las entradas y los dulces, la mazamorra morada y la canchita. Se la recursean como sea, porque dicen que el negocio de los circos es un sube y baja. “El verdadero circo ha caído mucho. Los artistas de la tele no están quitando gente, pero aquí está la esencia”, asegura el señor Chiroque.

¡¡¡Maaas adelante!!! El número más esperado sin duda es el salto de la perrita “Pelusa”, la engreída del “Framford”. Ella sube unas escaleritas hasta una altura de tres metros y se arroja sobre una frazada que es sostenida por dos personas abajo.
¡¡Bravo, Pelusa, otra vez, otra vez. Te mereces más huesitos”, grita jubilosa la platea.
“Con juegos sencillos, la gente pasa un buen rato. El pobre se divierte como pobre”, sentencia “Piojito”. Antes de quitarse el maquillaje, don Santos nos confiesa su sueño: “ Quiero comprarme un terreno para poder vivir y tener mi carpa ahí, ya me cansé de no tener nada. Ojalá la gente nos siga apoyando porque el circo tradicional está muriendo, pero la función tiene que continuar”, afirma contundente.

Todo por un sueño…
Ese mismo espíritu festivo lo encontramos en otro circo pobre llamado “Monistar”, de Carlos Córdova, más conocido en “Bocanegra” (Callao) como “La Mona”.
“Antes era verdulero y prestamista, pero como me tiraban mucho perro muerto, lo dejé. Un día llegó uno de estos espectáculos al frente de mi casa y como para con los payasos me fui acostumbrando”, sostiene.
Su local es un poco más grande que el de “Piojito”, pero igual es modesto. La entrada cuesta dos y tres soles. A veces se llena, otras no. “Bombín” y “Repollo” son sus grandes estrellas.
“Mi tío Sabú, un acróbata que pisó el mismísimo Madison Square Garden, en Estados Unidos. Y mis primos trabajan con Los Fuentes Gasca, ellos son las águilas humanas”, recuerda “Repollo”, montando en su mototaxi, junto a sus compañeros. Él quiere llegar al extranjero. “Los buenos se van, no se quedan”, finaliza y cierra el telón.

Tipología del infiel de Chollywood




 Por: JORGE PAUCAR

Lo que faltaba: Ahora resulta que los hombres somos infieles por culpa de un gen. “Los varones dotados de esta variante son peligrosos para una relación estable”, dicen científicos de Suecia.
Con este hallazgo, los “tramposos” tienen, ahora, la excusa perfecta para hacerse los suecos cuando traten de sacar los pies del plato.
“Esto viene a confirmar lo que siempre hemos proclamado: el hombre sano es infiel por naturaleza. El que no se tira una cana al aire es porque está enfermo de algo”, afirma J.R. Valentino, autor de un manual, con tips y consejos para ser un experto en estas veleidades del amor.
Y como en nuestra variopinta farándula abundan los “jugadorazos”, hemos decidido elaborar con este experto, una tipología del infiel de Chollywood.


EL BEBÓN.


Un típico ejemplar de esta clasificación es Mauricio Diez Canseco. “Este es u mujeriego de última. No tiene caché. . El ´Pizzero´ es un canalla inepto que se muere porque todos se enteren que es un gilerito. Es un exhibicionista. Un infiel profesional es reservado, no deja huellas”, explica J.R. Valentino. Y añade que “Brad Pizza”, pese a lo que se cree, tampoco tiene las condiciones para ser un “jugadorazo”.
“En el fondo no se siente rico, por eso busca ser requerido por las mujeres, pero mostrando su billetera. Es tan inestable que es inestable hasta en sus infidelidades”, sostiene.


CHOLITO (LINDO) BRUTO.


En esta categoría calzan muchos peloteros. El especialista dice que, como muchos futbolistas tuvieron una infancia limitada, creen que al ser infieles, están escalando en la sociedad. Prototipo ideal: “Cholito” Prado. “Esos son unos pezuñentos. Otro de los exponentes es Juan “Chiquito” Flores. Ese es más limitado que el ´Puma´ Carranza para explicar una clase de algoritmos. Tiene ocho hijos en no sé cuántas mujeres. Es muy primitivo”, explica J.R. Valentino.


EL CORCHAZO.


Es una variante que se da entre los futbolistas más torpes. “Digno representante es Wally Sáenz. Es casado y estoy seguro que avisa a la prensa cuando va a salir con una costilla para que le tomen fotos. Ese tipo de infiel es tan tarado que es feliz cuando lo ampayan y encima le declara a la ´Urraca´. Ese no es más imbécil, solo porque no le pagan”, asegura.


EL INGENUO.-


Representante preclaro de esta clasificación es Manuel Tenchy Ugaz, porque cayó redondito en la trampa que le tendió “La Gata” y los urracos. “Un profesional en estas lides, estudia cada presa y los peligros que puede acarrear. El esposo de Sarita Manrique es un infiel tontuelo e inexperto. A este chico le falta papa para ser un buen tramposo”, expresa el entendido en cuernos.


EL ALEGRE.-


 Aquí encontramos al “Chato” Miguel Barraza, a decir del ojo clínico (y cínico) de J.R. Valentino. “Él ha estado metido en una serie de affaires. Y creo que es más auténtico que el “Pizzero”. Pienso que a él le gustaría ser un infiel profesional. Es divertido. Y la alegría es una de las cosas que más seduce a una mujer”, precisa.


EL CABALLO DESBOCADO.


A esta especia pertenece Augusto Polo Campos. “Más viejo y más boca floja se ha vuelto. Jura que tuvo 8 mil mujeres y eso es mentira. Como dijo un escritor, todos venimos con los polvos contados. Ese señor está más desbocado que el caballo de Leysi Suárez luego de que la bailarina posara con el pabellón nacional”.


EL HIPÓCRITA.


Es aquel que no se define como un infiel pero está claro que ha sucumbido ante una fémina, al menos una vez. “Uno de esos es Alejandro Guerrero. Él es como un pedo de monja. Todos se dan cuenta que hay un mal olor ahí pero él se hace el loco. Lo peor es no reconocer un hijo. Y sé que hay varios chicheritos en la misma situación”, dice Valentino.
El experto tilda como hipócrita también a Melcochita.
“Ahora dice que ya no es infiel porque ha encontrado a la mujer de su vida. La infidelidad es casi patológica. No se cura con una, sino con todas. Jaja…”, refiere.


EL PAGANINI. Ese tipo para ser un “tramposo” tiene que pagar. “Como no tiene las más mínimas condiciones para ser infiel tiene que aflojar la billetera. Por mi experiencia puedo suponer que Tongo es uno de esos”, expresa.


EL CROMOSOMÁTICO. O también conocido como “Así he nacido”. Según Valentino, esta es una persona “falladita de fábrica”. No puede hacer pareja por mucho tiempo igual que yo. Se aburre con una sola mujer”. Modelos emblemáticos: Roberto Martínez y Omar Macchi.

-¿Y ustes es un sacavueltero por culpa de los genes?, le preguntamos a J.R. Valentino.
Por supuesto, yo soy un infiel por un gen, por ser un gen…til con las mujeres.


Frase célebre: “El hombre no debe tener miedo a que le saquen la vuelta. Los cuernos no matan más que a los toreros". J.R. Valentino.